La carne comercializada bajo el sello de la IGP Vaca Gallega / Buey Gallego garantiza ser de un vacuno exclusivo, nacido, criado, cebado y sacrificado en la comunidad de Galicia. Al corte, presenta un aspecto de consistencia firme, húmedo y brillante con un color rosa claro en el caso de la ternera o rojo suave en el del añojo. Su textura en nuestra boca es suave, jugosa y suculenta y en nuestro restaurante la servimos tras 90 días de maduración.